miércoles, 2 de diciembre de 2015

“Hay aquí cuatro cosas que tiene que practicar el alma del que busca el Camino: la misericordia, el amor, la alegría y la ecuanimidad. Con la misericordia se elimina la codicia; con el amor se elimina la ira; con la alegría, el sufrimiento; y con la ecuanimidad se olvida la diferencia entre la amistad y la enemistad.
  Es una gran obra de misericordia eliminar lo que a los hombres no produce felicidad ni goce. Es una gran alegría tratar a todos con alegría. Es una gran obra de dar a los hombres la felicidad y el goce. Es una gran ecuanimidad ser imparcial con todos y con todo.
  De esta forma hay que ayudar a desarrollar estas cuatro almas de la misericordia, del amor, de la alegría y de la ecuanimidad, y eliminar del alma la codicia, la ira, el sufrimiento y la diferenciación entre el amor y el odio. 

Lo malo del alma es tan difícil de eliminar como un perro que cuida la casa, y lo bueno es tan fácil de perder como un ciervo que cruza corriendo el bosque. Lo malo del alma es tan difícil de eliminar como las letras escritas en la piedra, lo bueno es tan fácil de borrar como las letras escritas en el agua. Por eso la práctica del Camino es algo verdaderamente difícil.”



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